El sudor milagroso
El 9 de mayo de 1636, en la Iglesia de la Compañía de Jesús de Santa Fe “La Vieja”, sucedió un hecho milagroso. De la imagen pintada de la Virgen Inmaculada, comenzó a brotar agua en forma de innumerables gotas de sudor.
Se embebieron algodones y lienzos para contenerlo, que luego fueron expuestos a los enfermos produciéndose numerosas curaciones. De allí, que la gente devota comenzara a llamar a la Virgen, “Nuestra Señora de los Milagros”.
Trasladada la ciudad a su actual lugar, la Compañía edificó su templo y en él colocó el cuadro, que se conserva hasta nuestros días, como objeto de devoción que se renueva cada 9 de mayo.